Este era el aspecto de la entrada del Parque antes de las 07,00 al llegar.
Cuando íbamos de camino y al llegar la niebla era muy espesa y daba la impresión de que no íbamos a poder ver nada pero enseguida se ha despejado. La ropa de abrigo sólo ha hecho falta la primera hora también pero a lo largo de la mañana he acabado con sólo una camiseta. Entre el sol y tanto andar para arriba y para bajo, a veces con caminos llenos de piedras o con los surcos que dejan las aguas, he acabado,pasando calor.
Acercándonos al mini World's End.
A 2.600 metros de altura y pese a estar a más de 100 kilómetros del mar, en los días claros se puede ver. Hoy no era el caso.
Yo en el World's End. El fin del mundo parece estar en muchos sitios,
Posteriormente pasamos por unas cataratas tras muchas subidas y bajadas que aunque cansan no es especialmente duro. Cobrando las paradas para hacer fotos, etc., nos ha costado casi 4 horas.
Ya después y tras acabar la visita, nos dejan en la Estación de tren de Pattipola, la situada a mayor altura del país, 1.891 metros sobre el nivel del mar, nos despedimos de la pareja francesa que continúa hasta Nuwara Eliya de vuelta ya que nosotros nos vamos para Ella, nuestro nuevo destino,
Tras comprar los billetes de tren de segunda clase, que es lo mejor que ofrece este convoy y cuesta 0,50 euros, esperamos hasta las 13,50 para subirnos ya que llega con media hora de retraso. El tren va absolutamente lleno y como no se asignan asientos, vamos en el pasillo de pie durante las algo más de horas que dura el trayecto. Una lástima porque las vistas son extraordinarias y tenía muchas ganas de coger este tren, pero apenas podemos verlas y mucho menos fotografiarlas. El tren va sobre montañas dejando los profundísimos valles a ambos lados mezclando bosques y campos de te.
Es un poco desesperante ver como algo que quieres no puedes conseguirlo, pero así es la vida.
Como estamos muy cansados, tras buscar alojamiento que nos ha costado cerca de una hora, hemos decidido relajarnos y esperar hasta la hora de la cena en un restaurante cercano que tiene muy buenas recomendaciones.
Mientras tanto compartimos un rato con la propietaria de la Guestahouse y su hijo y aprovecho para llevar la ropa a lavar ya que posiblemente estaremos dos noches en este lugar. La Guestahouse que se llama Mount Breeze Villa lleva tan sólo 12 días abierta y está todo nuevo, además hemos quedado con la propietaria para cocinar mañana por la tarde el Curry con arroz para la cena y así aprender a cocinar el plato más tradicional de Sri Lanka. Yo seguramente sólo mirare.
Para la cena nos han preparado un curry de pollo... Exquisito!!
Además del arroz, habían platos de patatas, berenjenas, calabaza, judías, okra (una verdura local), pollo y dhal (lentejas).
Hoy me voy pues prontito, tendré más tiempo para dormir y descansar.
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